💻 La Red Social (The Social Network, 2010)
🎬 Dirige: David Fincher | ✍️ Guion: Aaron Sorkin (basado en el libro The Accidental Billionaires)
🎭 Protagonistas: Jesse Eisenberg, Andrew Garfield, Justin Timberlake
📍 Drama judicial con teclado mecánico, traiciones millonarias y hoodie de Harvard.
Reseña:
La Red Social no es una película sobre Facebook. O no solo. Es una tragedia griega en clave digital, donde los dioses son nerds, el Olimpo es un campus universitario, y el destino lo dicta el código fuente.
Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg con cara de “me la banco pero no me invites a tu fiesta”) es un estudiante brillante, socialmente inepto y emocionalmente radioactivo, que inventa una red para conectar a la gente... mientras se desconecta de todos los que lo rodean. Lo impulsa la venganza, la ambición y un algoritmo de superioridad moral que nunca deja de correr en segundo plano.
El guion de Sorkin es una ametralladora de diálogos afilados: todos hablan como si estuvieran en un torneo de debate donde se juegan el alma. La dirección de Fincher, quirúrgica y elegante, transforma reuniones de abogados en escenas de tensión pura. Hay más drama en una demanda que en muchas películas enteras de acción.
Andrew Garfield hace de Eduardo Saverin, el amigo traicionado con carita de cachorro abandonado. Su ruptura con Zuckerberg es más dolorosa que muchas separaciones reales. Justin Timberlake sorprende como Sean Parker, el gurú fiestero que mete el veneno justo cuando la serpiente está hambrienta.
La peli es fría, sí. Pero es un frío necesario: el de una era en la que los vínculos se miden en likes y las traiciones se firman con cláusulas. Y todo acompañado por una banda sonora minimalista y perturbadora de Trent Reznor y Atticus Ross, que convierte cada click en un latido oscuro.
🎞️ Veredicto: La Red Social es un retrato lúcido y despiadado de la génesis del imperio digital más adictivo del siglo XXI. No necesitás tener Facebook para entenderla. Pero si lo tenés, capaz después te dan ganas de cerrarlo.
⭐ Puntaje: 9/10 — brillante, incómoda, afilada como un tuit envenenado. El lado oscuro del “Me Gusta”.
